En un mundo post-COVID, las Smart Cities deben evolucionar. La necesaria transformación buscará trasladar el eje central de estas urbes desde un excesivo uso de las tecnologías sin objetivos integrados entre las mismas, hacia una visión 360º centrada en el ser humano. Hoy en día la tecnología que se implanta en nuestras ciudades pueden entender top-down (soluciones que atacan problemas concretos) pero debemos encaminarnos a una estrategia bottom-up (sentar las bases iniciales sobre cuáles son las necesidades esenciales de los ciudadanos para adecuar o desarrollar la tecnología que mejor las satisfaga). Es el denominado Technohumanismo. Con este enfoque de visión centrada en el ser humano, las próximas iteraciones urbanas tienen la oportunidad de convertirse en lugares que integren de forma positiva los aspectos físicos y digitales de su entorno.
En medio de los sucesivos Estados de Alarma y con las múltiples medidas preventivas que van implantándose, algunas ciudades siguen aplicando parámetros urbanísticos de un modelo de ciudad que ya debería abandonarse por estar caduco. Parámetros creados en un mundo cuyos avances tecnológicos más destacados eran el teléfono, la radio y la televisión y, más adelante, con la aparición del nuevo dueño del espacio urbano: el automóvil. Esta evolución dio paso al cambio de las primeras concepciones urbanas, que se planteaban como oposición al mundo rural, para centrar el modelo en el dominio absoluto del espacio por el coche. La última gran revolución urbanística se planteó para devolver la ciudad a sus habitantes, que es la que sigue vigente. Pero esta revolución solo se centra en el factor contaminación por combustibles fósiles: ampliar zonas peatonales, cerrar espacios físicos al tránsito, implantar carriles-bici, ensanchar aceras. La clave del nuevo ecosistema, de la nueva revolución urbanística, viendo ya cercana la realidad del trasvase a medios de locomoción por energía eléctrica u otras nuevas ya en laboratorio, debe ser generar una ciudad activa y social.
Un upgrading tecnológico de la ciudad en su conjunto, con una finalidad más amplia. Ya hablamos de una época transhumanista y la ciudad debe diseñar sus espacios físicos y virtuales ante este reto tecnológico. Hablamos de Smart home, Smart buildings… cuando en realidad deseamos como ciudadanos poder utilizar de forma transparente estas tecnologías y que todas ellas estén supeditadas de forma realmente inteligente a nuestras actividades cotidianas. Lo que las ciudades necesitan es lograr una habitabilidad más fluida entre la tecnología y las personas. Es el nuevo desafío de las llamadas futuras Smart Cities, que ya se bifurcan para recibir otras denominaciones, ya sea sensible cities, cognitive cities, active cities…. Incluso se habla de Smart beaches o intelligent islands, pero, ¿En qué nos quedamos?; ¿En simplemente aplicar tecnología o realmente en buscar un nuevo concepto integral, sostenible, perdurable y saludable en estos espacios naturales y urbanos?
La gran pregunta que debemos plantearnos es ¿Cómo pasar de un modelo tecnocentrista deshumanizado – la tecnología por la tecnología, sin más – a una visión humana y evolutiva que integre la tecnología – el uso de la tecnología donde sirva y mejore nuestra vida?
Una respuesta a esta transformación es el concepto que llevamos desarrollando un equipo de formando por profesionales de múltiples especialidades, como arquitectos, educadores, tecnólogos, creativos, diseñadores y urbanistas, durante los últimos años: el Active Digital Living (ADL). Buscamos el uso positivo de la tecnología digital para promover un estilo de vida activo y el bienestar físico, emocional y social del ciudadano a través de la integración de los entornos digital y físico (Ciudad Híbrida). Este concepto cuestiona hábitos y creencias profundamente arraigados en el urbanismo del siglo pasado, ya que el uso de los principios del ADL permiten transformar las bases de la planificación urbana para añadir durante la conceptualización de sus proyectos herramientas que les permitan introducir soluciones que promuevan estilos de vida sostenibles y saludables. Utilizamos de forma evolutiva la tecnología digital y potenciamos la interacción de los ciudadanos con el entorno urbano o natural colindante a la urbe. El conjunto de principios ADL tienen como objetivo impactar en el bienestar y la mejora de las condiciones generales de vida y de la salud general, promover mediante sus dinámicas deportivas, de ocio y culturales la interacción social, e incidir en las experiencias y la remodelación del entorno urbano para las generaciones actuales y futuras. Como proyecto pionero podemos destacar el proyecto del “parque inteligente” de Haidian, en el noroeste de Pekín, donde la capa digital se suma a la remodelación del espacio físico para proveer experiencias aumentadas y atractivas.
Durante el confinamiento, los ciudadanos hemos asistido a una explosión del uso de la tecnología para cubrir necesidades de educación, trabajo, actividad física, abastecimiento, ocio, relaciones sociales e interacción entre el espacio físico de nuestras viviendas y las herramientas digitales. Ahora somos conscientes de la necesidad de adaptar nuestras casas para que la convivencia entre el espacio físico y el digital sea integradora y sostenible más que causa de ansiedad ¿Cómo podrían adaptarse el urbanismo y la arquitectura a un mundo post-COVID donde la tecnología tiene un rol mayor, un rol funcional y no puramente anecdótico? Aquí es donde entra el ADL.
Dentro de las herramientas ADL encontramos la gamificación, las ciencias del comportamiento, la realidad aumentada, la realidad virtual, la realidad mixta, el diseño de contenido, etc., como componentes esenciales de esta visión aportando un valor añadido para potenciar la experiencia.
El uso de técnicas ADL durante el proceso de planificación urbana brinda una actualización tecnológica a la vida física, añadiendo capas digitales e interactivas a los espacios urbanos tradicionales para que se potencie su uso e incluso más allá, para que nuestras regiones urbanas se conviertan en espacios públicos y privados gamificados y promotores de una profunda interacción social; así ocurre ya en el centro educativo y de actividades “Lego House” en Billund, Dinamarca o igualmente, en el master plan de BIG para las islas de Malasia donde destaca la idea de un hybrid digital park como espacio público gamificado.
Como piedra de base, la dovela clave del sistema, debemos establecer la convivencia entre el mundo físico y tangible y el espacio digital. Esta convivencia debe estar acompañada de lo que se conoce como “gemelos digitales” (Digital Twins). Toda realidad física se refleja en su idéntico digital. Una persona tiene su avatar tecnológico vinculado, por ejemplo, al seguimiento de su estado de salud o de su actividad de sus intereses). Los gemelos digitales se popularizan cada vez más y son un ingrediente básico de una futura sociedad evolucionada. Debemos establecer gemelos digitales en todas nuestras estructuras.
La época de renacimiento digital que vivimos hoy en día pasa, en todo caso, por el talento que tenemos en las aulas de diseño, arquitectura y urbanismo, estos espacios híbridos deben potenciarse desde trabajos académicos con sus aportaciones creativas. Para saltar más allá de los proyectos que todavía se siguen presentando con espacios tradicionales, sin tomar en cuenta las capas digitales de interacción o el conjunto de usuarios nativos digitales, como el colectivo gamer o los nómadas digitales que creativamente, tecnológicamente, económicamente avanzan de manera exponencial; ¿Las ciudades se diseñaran para ellos o seguirán proponiendo espacios tradicionales en un ciudades que se presumen inteligentes?; ¿Se construirán arenas gamer o sólo deportivas?; ¿Cuándo se habilitarán verdaderos espacios de oficina virtual para el teletrabajo o la educación a distancia? El momento de actuar nos ha rebasado y este mundo está influyendo ya en su propio ecosistema mixto, tomar los principios ADL puede colaborar en la próxima evolución de estas urbes que miran de nuevo hacia el ser humano para renacer.
Dr. Miguel A. Betancor León
Catedrático E.U. Universidad Las Palmas Gran Canaria
Jochi Jimenez Izquierdo
Partner en Athenea Healthcare Group
Miembros del Comité de Investigación de ADL
Cátedra de Economía Social y Solidaria CEU